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Todas y cada una de las acciones realizadas por la SGI en el mundo tienen ese "saber hacer" sensitivo y humano, que a lo largo de los años, ha contribuido a los esfuerzos por alcanzar la paz en un mundo que ha sobrevivido a dos guerras y una enraizada necesidad de destrucción del hombre.
La creencia en la reforma interior de los seres humanos y el deseo de crear un medio ambiente que ayude al florecimiento de este potencial, se refleja en la filosofía educacional de la "pedagogía creadora de valor" que le dio a la organización su primer nombre: Soka Kyoiku Gakkai (Sociedad Educativa para la Creación de Valor), fundada en 1930 por los docentes Tsunesaburo Makiguchi y Josei Toda, como una organización de educadores que compartían las mismas ideas que fueron impresas en el libro titulado Sistema Pedagógico de la Creación de Valor.
Este sistema enseñaba que la responsabilidad del proceso de aprendizaje debería ser puesta en manos de los estudiantes, con un profesor actuando como guía que ayude a extraer su potencial innato. La educación debe apoyar al estudiante en su búsqueda de la felicidad, enraizada en la conciencia social.
El principio budista que sigue la SGI es el de "budismo de acción", que impulsa al individuo a participar y contribuir activamente para la construcción de una sociedad de paz y prosperidad.
Tomado de www.sgiv.org
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